Sergio Cortés Eslava
Ellas no son Abril Cecilia; para ellas no hay marchas de amigas con pelo bien teñido, gafas de marca, ropa fina.
Cierto, lamentable la muerte de Abril Cecilia, tan lamentable como la muerte de Concepción, “Cocha”, de 43 años de edad, en Zamora.
Tan lamentable como el asesinato de María del Rosario, de 27 años, en Morelia.
Tan lamentable como la mujer anónima hallada en un basurero de Quiroga.
Ellas no son Abril Cecilia y tampoco tendrán marchas ni condenas; ellas son Claudia y su hija Zaira asesinadas en Epitacio Huerta.
Ellas no son Abril Cecilia, son Yesenía, de 19 años y Luz María, de 24 años, ambas ejecutadas en Morelia.
Ella no es Abril Cecilia, es María Teresa, de 38 años de edad, asesinada a balazos junto con sus hijos Luis Ángel C., de 14 años y José Armando, de 7 años.
Ella no es Abril Cecilia, es Carla Patricia C., estudiante universitaria, asesinada y hallada semidesnuda en Uruapan.
Ella no es Abril Cecilia, es Mariana, de 27 años, con hijo en el vientre, asesinada por su esposo en Tocumbo.
Ella no es Abril Cecilia, es Esperanza, de 59 años de edad, muerta a balazos por unos delincuentes que la quisieron asaltar en Uruapan.
Ellas no son Abril Cecilia, son algunas de las 14 mujeres asesinadas en Michoacán en noviembre.
Ellas no tendrán marchas ni protestas ni condenas.
Falso, ellas sí tendrán algo, de todos: tendrán la indiferencia social.
*Ellas solo son las asesinadas de Michoacán.